FAD

«XLVI Congreso Internacional de Americanística»

viernes, 14 de junio, 2024

La mirada del Profesor Teseo Koconós en el XLVI Congreso Internacional de Americanística

En Perugia, Italia, hace un poco más de un mes se desarrolló el XLVI Congreso Internacional de Americanística, organizado por el Centro Studi Americanistici “Circolo Amerindiano” Onlus, con colaboración de la Direzione Generale Educazione, Ricerca e Istituti Culturali. El evento tuvo lugar entre del 6 al 11 de mayo de 2024, extendiéndose en actividades afines hasta finales de ese mes.

Este Congreso se realiza de manera ininterrumpida desde 1979 y tiene como horizonte brindar un lugar de encuentro y discusión entre diferentes experiencias americanísticas. Sus debates abordan los más variados temas y disciplinas: de la arqueología a la antropología, de la lingüística a la sociología, de los derechos de los pueblos indígenas al arte, de la arquitectura a la política, de los estudios religiosos a la historia. Los trabajos presentados son sometidos a dictamen doble ciego y los que consiguen recomendación son publicados. En la edición 2024, contó con aportes de diversos investigadores provenientes de sendos países (Brasil, México, Italia, Bélgica, Venezuela, Japón, Estados Unidos, Chile, Colombia, Francia, República Checa, España y Argentina).

El profesor Teseo Koconós, docente de la Facultad de Arte y Diseño (FAD-UPC) estuvo presente allí compartiendo con la comunidad internacional una ponencia titulada La luz y frecuencia del origen, presentada en el eje «Etnomusicología e interculturalidad: supervivencia, persistencia y nuevos aportes de la música y las danzas tradicionales en América», en una mesa coordinada por María Lina Picconi del Gruppo di Ricerca in Etnomusicologia del Circolo Amerindiano (GRECA).

El trabajo de investigación tuvo por objetivo reivindicar las expresiones artísticas de los pueblos originarios, especialmente Sanavirones y Comechingones, extendiendo su conocimiento hacia otras redes americanísticas. La ponencia de Koconós refirió a la relevancia del Arte rupestre del Cerro Colorado, declarado Monumento Histórico Nacional Argentino en 1962. Según afirmó en su exposición, las pinturas rupestres provienen de minerales y eran aplicadas con grasa sobre la pared, habitualmente en blanco, rojo y negro, en circunstancias provistas de cánticos, con sonido de instrumentos musicales, habitualmente cajas o tambores y ocarinas.